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«Me encantaría que vinierais a tomar el té a mi taller», nos propuso Almudena Aguirre en un mensaje de WhatsApp. Y allí nos presentamos sin pensárnoslo dos veces. Cómo íbamos a rechazar la invitación de esta mujer vitalista y creativa que lleva 25 años vistiendo por la cabeza a las mujeres más elegantes de la villa. En cuanto abrió la puerta, descubrimos una casa luminosa y acogedora en la que ha establecido su atelier. La luz de la mañana se colaba por la cristalera mientras nos servía el té en unas tazas modernas de porcelana. Sonaba música clásica en esta mágica estancia con vistas a la plaza Moyúa y adornada con toda clase de sombreros: más grandes, más discretos, más atrevidos... pero todos únicos, como ella. «Durante la pandemia dejé de escuchar la radio, porque las noticias que llegaban me entristecían», cuenta mientras muestra una fotografía de sus abuelos maternos, que regentaban un hotel de la Belle Époque en Zestoa. «Aquello me ha influenciado y nutrido muchísimo, me gustaba contemplar la elegancia de la gente que pasaba por allí», recuerda.

Tampoco olvida las tardes que pasaba de niña en la tienda de telas que regentaban sus abuelos paternos en Las Arenas. Allí aprendió a coser a los ocho años, mucho antes que a andar en bici. Su pasión y curiosidad por este oficio -pertenece a la cuarta generación de su familia dedicada a la moda- guiaron sus pasos. Tras estudiar diseño de moda en la escuela IADE de Bilbao en los años 80, pronto comenzó a trabajar como modista para obras de teatro y la televisión. Vivió en Dublín y después se mudó a Londres, donde aprendió las técnicas tradicionales de la sombrerería, que dieron paso a sus primeras colecciones. Hoy esta artista de 54 años sigue dando forma a sus diseños e innovando con originales propuestas. ¿Se puede hacer un sombrero con una manta o una alfombra? Almudena, sí. No hay reto que se le resista a esta mujer entusiasta que conocemos mejor en esta nueva entrega de 'Un café con Virginia'. ¡No te la pierdas!.